sábado, 19 de mayo de 2012

FRANÇOIS HOLLANDE: EL FUTURO DE LA SOCIALDEMOCRACIA EUROPEA

El triunfo de François Hollande en las Elecciones Presidenciales del pasado 6 de mayo abre un nuevo periodo político en Francia, que también influira en el conjunto de la UE. 

Los próximos cuatro años que le esperan a la República francesa bajo la presidencia de Hollande, evidenciarán qué otra política económica es posible, que Europa no está condenada a la austeridad por encima de todo mientras el Estado del Bienestar se  deteriora. En definitiva, que hay una alternativa al modelo Merkel; al modelo neoliberal que la derecha europea está aplicando en los países donde gobiernan, poniendo en riesgo los pilares básicos del Estado del bienestar. Hay una alternativa socialdemócrata, en el que se puede combinar el crecimiento económico, preservando la igualdad de oportunidades, y en el que no haya que resignarse a la mera austeridad en detrimento de los derechos sociales para salir de la crisis.

Estos años atrás hemos podido observar  cómo el neoliberalismo se volvía a fortalecer cada vez más permitiendo la situación de desregularización de los mercados que hoy vivimos; y cómo los partidos conservadores ganaban las elecciones en distintos países de la UE. Es más, el ya Ex-Presidente de la República Francesa, Nicolas Sarkozy, asumió la refundación del capitalismo, presentándolo como el único modelo posible de progreso y crecimiento económico.

Hasta hace unos meses, muchos analistas políticos catalogaban de adversa la situación que vivía la izquierda europea y en concreto los partidos socialdemócratas; sin embargo, tras el triunfo de Hollande parece ser que esas percepciones han cambiado. Pero la pregunta es: ¿Puede la socialdemocracia volver a ser la ideología destacada en Europa? Todo ello depende de cómo vayan a ser los próximos meses de Europa con el contrapeso que va a suponer Hollande frente a  la política económica impuesta  por la Canciller alemana.

A mi modo de ver,  y a pesar de la situación que viven algunos partidos socialdemócratas como el PSOE en España, el Partido Socialista en Portugal o el PASOK en Grecia, se está produciendo de forma gradual un giro ideológico en los países de la Unión Europea: hace un año el Partido Socialdemócrata de Dinamarca ganó las elecciones parlamentarias, y también es el caso del resultado obtenido por el Partido Laborista en las elecciones municipales británicas, o el del Partido Socialdemócrata  Alemán en las elecciones legislativas en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia hace tan solo unas semanas. Todo ello puede ser el antecedente a un triunfo socialdemócrata en distintos países europeos.

Para conseguir ese éxito, ahora toca elaborar un discurso socialdemócrata y europeísta , fuerte, defendido por François Hollande a la cabeza, y trabajar por una Europa cada vez más unida y diversa, abanderando el  fortalecimiento del Estado del Bienestar y las conquistas sociales como seña de identidad de la izquierda europea.


      Luis López

       

viernes, 18 de mayo de 2012

LO QUE DEBEMOS APRENDER DE GRECIA


Este artículo podría haberse titulado perfectamente La tragedia griega o El fantasma griego, pero creo que es mejor sacar algunas enseñanzas de lo que está sucediendo en el país heleno.

En los últimos meses, Grecia nos ha mostrado que por mucho que pertenezcamos a Europa, al primer mundo, no estamos a salvo de los retrocesos sociales y del fin del estado del bienestar que tanto costó conseguir. De aquí debemos aprender a valorar lo importantes y valiosas que son para una sociedad las políticas de protección social. Por ello, en estos tiempos difíciles, las políticas sociales deberían ser una prioridad y no un incordio molesto para las cuentas públicas.

Otro elemento que debemos tener muy seriamente en cuenta es la entrada en el juego político de partidos ultra, que ganan poder entre los ciudadanos con un mensaje que recuerda a lo peor de la historia europea de los últimos tiempos. Bajo mi punto de vista, este es unos de los signos más peligrosos del actual panorama griego, ya que estos grupos atacan y tratan de destruir las principales características de Europa: el multiculturalismo y la solidaridad entre estados.

Por último, me gustaría hacer referencia al recorte democrático que supuso la entrada de un gobierno tecnócrata, elegido a espaldas del pueblo griego. Con ello queda claro que la actual crisis griega, no lo es solamente en lo económico, sino que también afecta a lo social y lo político.

A través de estos tres casos quiero mostrar que Grecia no es solo un problema que nos puede arrastrar al abismo, sino que debe servir de enseñanza a toda Europa de los grandes retrocesos que podemos sufrir si los problemas se afrontan de manera errónea.

    Javier de las Heras